Notas para una historia del ajedrez grancanario (4) 1935-1936.- El fin de la Sociedad Ajedrecística (III) y la guerra civil española.-
Después del intenso año de
ajedrez en Las Palmas que suponían los pares (1932-1934…) los impares
(1933-1935…) eran años de reflujo y descanso. 1935 no será una excepción.
Terminado el accidentado torneo Towers con el triunfo del Dr. Lafora, al que
Germán Pírez aún saludaba con modestia como el mejor jugador de la provincia
–pese a qué Pírez se había proclamado en su ausencia campeón provincial en el
II Torneo de Ajedrez de 1934-, 1935 es un año de pocas noticias. Curiosamente,
la propietaria del hotel Towers denuncia el robo de copas de ajedrez de las
vitrinas de su hotel, hecho que atribuye a una banda de cambulloneros. Podemos
pensar que el doctor Lafora o alguno de los premiados en el reciente torneo dejó
la copa para el hotel como recuerdo (el
doctor Lafora tenía esos gestos, durante el curso del torneo se había negado a
ganar una partida contra Pírez cuando éste hubo de ausentarse, decidiendo
posponer el encuentro).
Pero durante 1935 el ajedrez se
sumerge en el letargo. Apenas puede reseñarse un torneo relámpago que Pírez
organiza en homenaje a su amigo Miguel Navarro, que regresa en verano de sus
estudios madrileños. Pírez vence, imponiéndose al propio Miguel, a Durán,
Calvo, etc.
Durante este año, el ajedrez
subsiste en modestas peñas, algunas nuevas como la que surge en el R. C.
Náutico, hasta este momento bastante apartado del ajedrez. Pírez cita otras
peñas en el barrio de Santa Catalina, etc. Por cierto que, hablando del Náutico Germán Pírez, como Julio Navarro o Luis Martín Estupiñán, era también un gran nadador (pertenecía al C. Natación Las Palmas).
En cambio el doctor Lafora, de vuelta a su destino en Fuerteventura, entretenía sus ratos de ocio estudiando finales -su gran pasión en ajedrez- y escribiendo algunos artículos para la revista Ajedrez español (escribiría en ella toda su vida, hasta su desaparición en 1965, precisamente un año antes de la muerte del eminente ajedrecista y doctor). Veamos por ejemplo el comienzo de un texto sobre un final de Rey Ardid con Golmayo de diciembre de 1935:
En cambio el doctor Lafora, de vuelta a su destino en Fuerteventura, entretenía sus ratos de ocio estudiando finales -su gran pasión en ajedrez- y escribiendo algunos artículos para la revista Ajedrez español (escribiría en ella toda su vida, hasta su desaparición en 1965, precisamente un año antes de la muerte del eminente ajedrecista y doctor). Veamos por ejemplo el comienzo de un texto sobre un final de Rey Ardid con Golmayo de diciembre de 1935:
Llega Aristides Gromer (1908-1966), campeón de Francia.-
En esta inercia se llega hasta principios
de 1936. Este año que será trágico en la
historia de España comienza –es año par- con buenas noticias para el ajedrez de
Las Palmas. El ex campeón francés Aristides Gromer (también transcrito como
Grummer o Grommer), que se dedica a ganarse la vida dando simultáneas y clases,
tras una larga gira por la península de 14 meses, se embarca para Las Palmas
como breve escala en su ruta marítima hacia América. Llega a fines de febrero
del 36 al puerto de la Luz. Pírez, que sigue siendo el centro del ajedrez
grancanario y su prácticamente único cronista, está eufórico. Gromer, campeón de Francia en 1933 (volvería
a ganar en 1937 y 1938, y será subcampeón todavía en 1947) es ya bien conocido
en España por su participación en torneos anteriores durante los años previos,
1934 y 1935. Desde 1934 en efecto se encontraba en España de gira permanente (torneo
de Sitges 1934 donde vence Lilienthal, torneo en Madrid donde empata con
Ortueta por delante nada menos que de Golmayo, numerosas simultáneas…). Ha jugado ya
varias Olimpiadas, y es sin duda el jugador más fuerte que ha pisado hasta el
momento Las Palmas, pues Don Borenstein, que ya ha abandonado la isla, es un
jugador mucho más flojo, y antes no ha habido otro (ni lo habrá hasta las
simultáneas de Alekhine en 1945).
Gromer
tiene 28 años cuando recala en Las Palmas. Dada su
devoción por la itenerancia de club en club, suscita los recelos de
Koltawsnosky, “Kolty”, un belga de origen judío también habitual de los torneos españoles, que se
dedica a ganarse la vida con exhibiciones a ciegas, simultáneas, etc. “Kolty”,
que funda en Cataluña la revista “Jaque” (nada que ver con la que nacerá en
1970 en Euskadi) señala en la revista “Ajedrez
español” que Aristides es un pequeño pillo: tiene la costumbre de estafar a los
organizadores pidiendo préstamos que no devuelve, lo que le lleva a rotar de
sitio en sitio para desprestigio del ajedrez. Otros niegan estas acusaciones,
como mera envidia del “showman” Kolty, pero es llamativo que Gromer irá de Las
Palmas a Tenerife y regresará meses
después… ¡a la isla de La Palma!, sin repetir pues destino en ningún caso.
Sea
como fuere, para el magro ajedrez insular la arribada del ex campeón de Francia
es maná. Germán se hace eco de su llegada en términos elogiosos en la prensa
local, donde sigue escribiendo (posiblemente Germán multiplica sus apodos y se
hace entrevistas a sí mismo, para fingir un gran interés por el ajedrez en los
medios locales). Gromer viene para una estancia de unas semanas, pues tiene
previsto marcharse a mediados de marzo para América. Se programa una simultánea
en el R.C. Náutico, que ya ha empezado a ocuparse del ajedrez.
Es posiblemente
la primera actividad prevista en la emblemática sociedad de Alcaravaneras. Si bien finalmente ésta se celebra en el Gabinete Literario. Se convoca a
la sesión a los más fuertes aficionados,
pero la verdad es que no todos responden al llamado, y Pírez se quejará de que
contra Borenstein o Lafora se alinearon selecciones mejores (al parecer Lafora
dio unas simultáneas de las que no ha quedado constancia). Lo cierto es que
Aristides gana casi todas las partidas, pierde solamente una y cede cinco
tablas. Entre los derrotados está el propio Germán. Alvaro de Mendizábal
obtiene tablas.
Al joven Aristides, que viste siempre de forma pulcra con traje, chaleco, y espejuelos de aires intelectuales, le gusta el ambiente de Las Palmas, y decide prorrogar su estancia, para felicidad de Pírez. Programa más actividades: quizá un match contra el propio Pírez (al que éste se resiste, “¿Usted quiere que me pille el toro?”), un curso para los aficionados, más simultáneas… Gromer permanece en la isla hasta mediados de abril, finalmente, en que supuestamente debe regresar… a Francia (ya no a América), si bien su destino inmediato será Tenerife, donde jugará nuevas simultáneas. En Las Palmas su segunda simultánea es a la ciega y ya en el Náutico, posiblemente la primera actividad formal de ajedrez en esta relevante sociedad de la isla.
Gromer,
al igual que Najdorf,continuará sus actividades en Francia tras el estallido de la guerra española, y, ante el comienzo a su vez de la II Guerra mundial en 1939, decidirá permanecer en Argentina cuando arribe al continente
para participar en la Olimpiada de Buenos Aires. Claro está que
Najdorf, judío-polaco, se salva milagrosamente del Holocausto con este viaje
providencial, al igual que el propio “Kolty”, judío belga, al que la guerra
mundial le sorprende en Guatemala, librándose del exterminio que sufrieron
muchos de su parientes. Koltawsnosky decidirá permanecer por siempre en
América, y llegará a ser presidente de la Federación de EE.UU., y ha muerto
recientemente con más de 90 años. Gromer en cambio regresa en los años 40 a
Francia, y pasará sus últimos años con problemas psiquiátricos, hasta su oscura
muerte en el país vecino, en 1966, ya olvidado.
(De
Gromer y George Koltawsnosky puede encontrarse abundante información en
inernet).
III Torneo de Las Palmas en el Gabinete Literario.- La Olimpiada Popular de Barcelona, 1936.
Tras la marcha
de Gromer en abril de 1936 (proseguiría hasta julio en Tenerife y La Palma), la aislada isla de Gran Canaria se queda otra vez
un poco huérfana. Pero Germán continúa con sus deseos de poner en juego el título
conquistado en 1934, que viene considerando desde meses atrás, y de ese modo reavivar el ajedrez en la isla. La
iniciativa ya estaba prevista desde antes de la llegada de Gromer pero su
venida ha reactivado algo el ajedrez, y es el momento adecuado. Sin embargo,
hay otro hecho que acelera su celebración: Barcelona ha programado una
Olimpiada Popular como alternativa a la Olimpiada oficial de 1936 que se va a
celebrar en la Alemania de Hitler. Y Canarias está invitada a participar con
una selección en esa Olimpiada alternativa. No está claro que el III Torneo de
Las Palmas, a celebrar en el Gabinete Literario, supusiera la revalidación del
título de campeón provincial, pero lo cierto es que los mejores jugadores se
inscriben, y ha de celebrarse contra reloj, ya que el 16 de julio partía el
buque para Barcelona, donde comenzaban las Olimpiadas el día 22 de julio.
Antes de este
torneo se disputó un match entre Germán Pírez y Alvaro de Mendizábal, el
antiguo presidente de la ya “de facto” disuelta Sociedad Ajedrecística, y fue
un encuentro donde surgieron muchos roces personales entre ambos, lo que era
muy extraño en Germán. Sólo se conoce que, insólitamente, Alvaro venció, pese a
que era un jugador bastante inferior a Pírez. En una crónica de prensa se
relata que la última partida, suspendida
al anochecer, fue analizada horas y horas por Alvaro en un bar de la calle
Bravo Murillo, hasta que encontró la continuación ganadora…
Desde este match, aunque incluso ambos formaron parte de la selección canaria desplazada a Barcelona, parece que las relaciones entre ambos quedaron deterioradas. Y de hecho, desde este momento quedaron alineados en bandos políticos diferentes, Alvaro de Mendizábal en el régimen de Franco, Pírez en el comunismo, lo que quizá también tuviera que ver en el distanciamiento, pese a que siempre mantuvieron las relaciones hasta la muerte de Alvaro.
Desde este match, aunque incluso ambos formaron parte de la selección canaria desplazada a Barcelona, parece que las relaciones entre ambos quedaron deterioradas. Y de hecho, desde este momento quedaron alineados en bandos políticos diferentes, Alvaro de Mendizábal en el régimen de Franco, Pírez en el comunismo, lo que quizá también tuviera que ver en el distanciamiento, pese a que siempre mantuvieron las relaciones hasta la muerte de Alvaro.
No se conoce
bien el desarrollo del III Torneo, que parece ser que tuvo carácter también de II provincial, y hasta el día 15 había consumido ya nueve
rondas, pero es claro que hubo de concluir antes de que los seleccionados se embarcaran con destino a Barcelona el día 16 de julio. Eran 11 jugadores, tras la retirada del duodécimo Linacero, y se jugaba
a liga de una vuelta, entre Julio Navarro, Alvaro de Mendizábal, Durán, Andrés Zamora,
Cabrera, Manrique, Ramón Rúa Figueroa, Auslander, Quesada, Cervino, Tristán, Rafael O'Shanahan y Pírez.
Pírez empezó mal, perdiendo precisamente en la primera ronda con Mendizábal, y además posponiendo muchos juegos, por lo que al principio aparecía descolgado en la clasificación, pero jugó
muchas partidas en los últimos días, destronando al que iba líder, Julio
Navarro, y al segundo clasificado, Alvaro de Mendizábal, y ganando el torneo, aunque no consta la clasificación. Lo que consta es que el equipo que se desplazó
a Barcelona el día 16 de julio era: Pírez (capitán, primer tablero), Alvaro
Mendizábal, Andrés Zamora Lloret, y Manuel Manrique, por lo que éstos debieron ocupar los primeros puestos. Era un grupo
ideológicamente muy plural: Zamora pertenecía a las Juventudes Socialistas como
dirigente, y Manuel Manrique a las Juventudes Católicas.
Sólo se conocden de este torneo dos partidas, la que perdió Ceviño con Andrés Zamora y la que Pírez perdió con Mendizábal, publicadas en prensa el 12 de julio de 1936.
Pírez en sus cronicas semanales contaba historias divertidas del ajedrez |
Se conservan dos partidas que salieron en prensa en esos días previos al estallido de la guerra civil.
La guerra civil.- España y el ajedrez
partidos en dos.-
Apenas zarpa
el correo el día 16 en su larga ruta a Cataluña,
se produce el día 17 la sublevación franquista en Marruecos y Melilla, y es el
comienzo de la guerra civil. La República bloquea el paso de Gibraltar, donde
es detenido el barco. Para ser la primera vez que Germán sale de la isla, no
han tenido suerte. Pero al comprobarse que el barco no transporta fuerzas
militares, se permite su travesía hasta Barcelona. Pero al llegar allí, la
guerra civil ya es un hecho y la Olimpiada popular ha sido suspendida. Germán
Pírez decide permanecer en Barcelona, pues Canarias ha quedado bajo control de
Franco. En estos primeros días se hace amigo de Manuel de Agustín, del equipo
catalán, de simpatías falangistas curiosamente –De Agustín era muy amigo de
Pírez y de Miguel Navarro, y ayudaría a escapar a Pírez al final de la guerra
hacia Francia-. Y es en este tiempo en la Cataluña izquierdista cuando Germán
ve surgir sus simpatías con el partido comunista: Se adhirió al Ejército
Republicano, y acabó adscribiéndose a las filas del comunista Enrique Líster,
obteniendo el grado de teniente; pertenecía a la división de
Telecomunicaciones, que era la más ideológica. Su división luchó en el Jarama,
en Brunete, en todas partes.
La guerra
civil marcaba una división entre el antes y el después. Alvaro de Mendizábal
regresó a Las Palmas alineándose en el bando de Franco. Pírez quedó en la
península. El ajedrez de la isla, que ya estaba en mala situación por su
aislamiento antes de la guerra, quedaba paralizado “sine die”, limitado a las
partidas informales, y refugiado en bares, cuarteles, sacristías… El
hecho casual de hallarse en una u otra zona cuando estalla la guerra
determinaría muchas veces el devenir de los españoles.
El joven Pedro Lezcano, por ejemplo, estaba
también en Las Palmas el 18 de julio, y es movilizado. En el cuartel de la
Isleta presencia fusilamientos, y es este también el momento de sus ideas
progresistas, aunque por ahora sólo puede callar y esperar. El doctor Lafora,
por sus simpatías republicanas, es sometido a Consejo de Guerra y condenado a
más de veinte años de prisión, sustituidas por pena de destierro. Lo cual es
favorable al ajedrez canario, ya que desde su consulta ahora en Telde formará
un pequeño núcleo de afición al ajedrez. Aunque los localismos no tardarán en
surgir: como recordará Pírez en 1993 “el
doctor Lafora tuvo que dejar prácticamente de jugar al ajedrez en Las Palmas,
por la hostilidad de la afición canaria”. Muy triste.
Desde este
momento, desde el comienzo de la guerra civil, se abre un vacío que llegará
hasta 1941. Como señaló Luis Martín Estupiñán, que pasó esos años también en
Cataluña, “muchos aprendieron a jugar al
ajedrez en campos de concentración, con fichas hechas de migas de pan”. Aunque
resulta improbable que no se comieran las migas.
Germán Pírez
estuvo a punto de morir en los campos de concentración franceses, no sólo
porque casi le entregan a los nazis, sino porque en los campos, entre 1939 y
1942, sufrió enfermedades sin fin, malos tratos de los franceses –sobre todo de
los soldados negros senegaleses-, privaciones…
Cuando Germán
regresa a Las Palmas en 1942, ocultando sus antecedentes políticos, se
encuentra al menos un incipiente movimiento de retorno al ajedrez: Estupiñán,
Narciso Casañas, Luis Doreste Silva (presidente del Gabinete Literario) y pocos
más, están intentando convencer a Ramón Rúa Figueroa, teniente coronel del
triunfante ejército de Franco, de que se ponga al frente al fin de una
Federación… “Así que ya lo sabe usted, mi
teniente coronel”, le emplaza en la prensa local Casañas. En los años 80,
Martín Estupiñán aún guardaba el recorte.
Declaraciones de Pírez en 1983 |