El juego de nuestras vidas Volumen 1 y 2. Historia del ajedrez grancanario 1954-1970
El making of.-
Ya está en la calle
mi segundo libro documental, tras Burning
veneno del rock (2010). El criminal vuelve siempre a la escena del crimen,
o de sus aficiones, y tras el paseo por el lado salvaje del rock madrileño y
unas copas con la chica (“¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?”),
me tocaba la tranquilidad o supuesta tranquilidad del juego de los reyes, otra
de mis aficiones desde la niñez. Retirado ya casi del ajedrez de competición,
había vuelto a jugar en un equipo de la liga federada hace tres años. Sólo
entonces me di cuenta de que los jugadores que empezamos en los años 70 y aún mas nuestros mayores eran casi desconocidos. Y que casi nadie recordaba bien la
época de los grandes triunfos de esos años en el ajedrez nacional e internacional
incluso, ni quienes eran los Blas Rodríguez o Germán Pírez que adornaban las
paredes del club de la Caja de Ahorros (ahora Fundación Bankia). De esa
tristeza por la lluvia y el barro que se lleva los recuerdos, de la melancolía
de una tarde otoñal y gris jugando en
las faldas de la montaña de Guía, en el interior verde y feraz de la isla, surgió
la idea de una obra monumental que abarcara desde los primeros torneos que se
jugaron en Las Palmas en los tiempos de la II República hasta la actualidad.
Esta idea
quijotesca, de un loco que dirige la lupa al juego de otros locos soñadores en
los tiempos pretéritos, surgió la inspiración de este libro, que representa la
primera piedra de la Biblioteca de historia de nuestro ajedrez.
Pero enseguida me
di cuenta de que me interesaba más la vida de los jugadores, como metáfora de
la propia partida de ajedrez, que el aspecto puramente técnico de compilar y
comentar luchas en el tablero. Esa transcripción de partidas perdidas era
también necesaria, pero en el libro doy preferencia al desarrollo de la vida
social y política en que surgió el renacer del ajedrez en Las Palmas (y luego
en Lanzarote).
En los años 50 jugaban
en el parque San Telmo abriendo paraguas, resguardándose de las palomas, o en
las playas sobre la arena, y en oscuros bares aledaños entre alharacas y copas.
Tuvieron que venir algunos catalanes y
un francés romántico y riguroso a la vez, Pierre Dumesnil, a poner orden, a
crear ligas de verdad, a convencer al
Gabinete Literario, el Náutico o el Mercantil de que esto no era parchís, sino
un juego-deporte, y luego a fundar el primer club propiamente dicho en 1967.
Los pioneros eran
rojos, muy rojos. Fernando Sagaseta fue detenido mientras jugaba al ajedrez un
importante torneo, penó en la cárcel
como su predecesor Germán Pírez, y el poeta Pedro Lezcano se libró de prisión
por un indulto polémico. Pero en los años 60 el régimen de Franco adoptó el
juego, las instituciones financieras y políticas lo apoyaron, tuvimos la suerte
de contar con un director de la Caja de Ahorros culto y entusiasta, Juan
Marrero Portugués, y nos convertimos en una primera potencia. Se jugaba en
todos los colegios, en todas las calles, en todos los pueblos, se multiplicaron
los clubes y los equipos, cayeron como fruta madura los títulos de campeones de
España individual y por equipos. Se organizaron decenas de torneos
internacionales, nos visitaron campeones mundiales como Karpov o Kasparov y
campeones sin corona como el danés Bent Larsen, que se enamoró de nuestro sol y
se quedó a vivir, y casi a morir aquí.
En el libro cuento
algo sobre este juego de nuestras vidas, sobre la partida que todos jugamos en
este mundo a veces amable y a veces absurdo. Como decía mi madre, todos
escribimos en el libro de nuestras vidas con renglones derechos o torcidos.
Todos hacemos movimientos, y avanzamos, o lo intentamos, aunque tantas veces
nos equivoquemos. El ajedrez, como la vida, es amor, es dolor, es éxito y
fracaso, es ilusión, es trampa, es fantasía, es plan, es cerebro y corazón. Es
solución, y enigma. Es apuesta.
Si quieren, hagan juego.
Nuestro rival nos mira. Estamos en jaque.
Otro día hablaré de quienes apoyaron
y empujaron el libro. Animo a debatir sobre él aquí en los comentarios a este
post o en mi facebook.
Toda esta historia es impagable. Felicidades y muchisimas gracias a ese gran escritor y "memorion" diria yo, por aportar tantos datos interesantisimos sobre la historia reciente o no tan reciente del Ajedrez en Gran Canaria. Tu libro deberia ser un BEST SELLER y casi de obligada lectura por toda la población ajedrecistica o no de esta maravillosa Isla llamada GRAN CANARIA y a la que tu honras con tus relatos y donde yo tuve la suerte de nacer.
ResponderEliminarMil gracias
ResponderEliminarMil gracias
ResponderEliminarUna gran obra que era necesaria para que los jóvenes amantes de este noble juego y los menos jóvenes , conozcan la historia del ajedrez en G. Canaria. Felicitaciones por el esfuerzo.
ResponderEliminarArmando.
Gracias Capone. Que seria de nosotros sin el apoyo oblicuo y sagaz y esceptico de la Cosa Nostra
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