miércoles, 8 de marzo de 2023

Ajedrez local. Campeonato de Europa por clubs, VII edición, 32º de final, eliminatoria Caja de Ahorros de Las Palmas-Tigran Petrosian de Moscu. Marzo 1989.

 Ajedrez local. Campeonato de Europa por clubs, VII edición, 32º de final, eliminatoria Caja de Ahorros de Las Palmas-Tigran Petrosian de Moscu. Marzo 1989.

Ricardo Moyano marzo 2023




1. Introducción. 

    Gracias al campeonato de España por equipos en el año 1988 en Zamora, el Caja de Las Palmas tuvo la oportunidad de participar por segunda vez en el Campeonato de Europa de clubs. Era la VII edición de este torneo, que se disputó entre 1989 y 1990.

    Más de diez años atrás, en 1978, el Caja de Las Palmas había competido por primera vez, en la II Copa, quedando apeado en la primera eliminatoria por el equipo italiano del Banco di Roma, si bien en esa eliminatoria tuvo opciones de clasificarse -véase en este mismo blog el artículo correspondiente, Eliminatoria Caja Ahorros-Banco di Roma 1978-.

    Las cosas ahora eran mucho más difíciles. Aunque también ahora, en 1989, el Caja tenía una plantilla mucho mejor que en aquella ocasión -con los GM Morovic e Illescas, además del MI José García Padrón-, le tocó en el sorteo una auténtica apisonadora, el  equipo "Tigran Petrosian chess club" de Moscú, con seis grandes maestros de primer nivel. De hecho, el equipo soviético llegaría hasta semifinales del torneo, donde fue eliminado de forma ajustada por el luego campeón el también moscovita CSSKA.

    Del equipo que jugó en 1978 sólo subsistían dos jugadores, el MI José García Padrón, la gran estrella canaria, y el veterano MF Augusto Menvielle, que si bien no había jugado en Zamora fue fichado para reforzar al equipo en esta eliminatoria. Para completar el combo, ya que se jugaba a seis tableros, también se reforzó el Caja con el GM Julio Granda, y el MF también canario Alfredo Brito.

    2. Los equipos y la eliminatoria. La eliminatoria se disputó en Las Palmas en dos rondas consecutivas, a fines de marzo de 1989, estaba prevista para el 25 y 26 -se retrasaría un día-, 32º de final, teniendo como sede el club de la Caja de Las Palmas (en su segunda ubicación, la calle León y Castillo). La expectación era enorme, pues desaparecidos desde 1982 los Internacionales de Las Palmas, ya no teníamos oportunidades de ver tan grandes figuras soviéticas en Las Palmas, pese a la celebración de los Open Corte Inglés o Johnny Walker de esos años, y antes de que llegaran los nuevos grandes torneos de los años 90. Yo mismo, que me dejaba caer poco ya por el club de ajedrez, fui uno de los espectadores de la eliminatoria. Y allí pude ver por ejemplo al ex campeón de España Angel Fernández, que también estaba retirándose de las competiciones en ese momento.

    Coincidía la eliminatoria con las turbulencias políticas en la URSS, y las batallas entre Karpov y Kasparov -el azerbayano llegaría apenas unas semanas después para disputar una simultánea en nuestra capital-.  

    Los encuentros se retrasaron un día por la tardía llegada de los jugadores soviéticos. Finalmente tuvo lugar los días 26 y 27 de marzo de 1989.

    Alineaciones:

    A. Caja de Ahorros de Las Palmas: Como dije jugó el Caja jugó con el equipo que había obtenido el campeonato de España en Zamora con el chileno Ivan Morovic y Miguel Illescas, y el MI José García Padrón, pero sumando tres refuerzos. Así, el que había sido titular habitual en Zamora en el logro del campeonato de España, Juan Pedro Domínguez, pasó a ser suplente.

    B. Tigran Petrosian club de Moscú. Pese a todo, esta importante plantilla con 3 GM, 1 MI y dos MF, era claramente insuficiente para tener opciones frente a un equipo soviético que incluía incluso al ex campeón mundial Smyslov y a Vaganian, y que compareció en Las Palmas sin ellos pero liderado por uno de los candidatos al título de esos años, Andrei Sokolov, y otros tan destacados como Lpotian, Balashov, Bareev, Dohoyan -fallecido por Covid tristemente en 2021-, y Krasenkov. Y ello sin contar con el GM Serguei Simagin, que no se desplazó a Canarias. El ELO de los soviéticos oscilaba entre los 2610 de Lpotian y los 2530 de Balashov, más de cien puntos de media por encima del nivel del equipo canario. Quizá unos años más tarde, el equipo español hubiera podido beneficiarse de la división y disolución de la URSS en 1991 y de la diáspora de los maestros de detrás del telón de acero -dos de los jugadores que compitieron, Lpotian y Dokhoyan no eran rusos sino armenios, por ejemplo, y Krasenkov tres años después emigró a Polonia, al igual que Sokolov se residenciaría en Francia en 2000- Pero en 1989 todavía estaba apenas iniciándose ese fenómeno.

         Así pues, el Tigran Petrosian viajó hasta Las Palmas con:        Andrei Sokolov (2605) -36 años-, Yuri Balashov, (2530) -40 años-, Sambat Lputian (2610)- 31 años-, Dokhoyan, (2575) 24 años-, Eugeni Barev (2555 ) -22 años- y Mikhail Krasenkow (2525) -25 años-. Un equipo fuerte y a la vez bastante joven.

          Las declaraciones previas al choque de los jugadores del Caja eran un poco voluntaristas. Morovic e Illescas decían que al ser un encuentro a eliminación, nunca se sabía qué podía pasar. Y Menvielle que a fin de cuentas todos ellos habían ganado algunas veces a un GM, así que podía volver a ocurrir. El más realista parecía José García Padrón, que asumía la casi inevitable derrota, pero entendía que sería una gran experiencia para todos.


            3. Desarrollo de los encuentros.

            



          Aunque la clasificación del equipo canario hubiera sido una gran sorpresa, algunos jugadores consiguieron resultados positivos, como sus titulados Gm Morovic e Illescas  que entablaron las dos partidas. Pero los soviéticos habían jugado sin duda a desactivar a los más duros, dejando que la eliminatoria se decidiera en el resto de los tableros, como así ocurrió, incluso con más facilidad de la prevista, ya que a las tablas y derrota de Brito y de José García Padrón correspondieron negativamente las dos derrotas del GM Julio Granda, que no pudo con el armenio Lpotian, el ELO más alto en ese momento, al igual que Menvielle perdió las dos veces con el joven Bareev -alcanzó más tarde un ELO de más de 2700 puntos-, aunque ello era previsible. ¡Los rusos no perdieron una sola partida!. Así, en la primera ronda el equipo canario obtuvo un honroso 4-2. Pero en la segunda el equipo de Moscú logró un contundente 5-1.

    1ª ronda 26-3-89: Menvielle tenía claro que iba a ser fiel a su estilo agresivo, y fue el primero en acabar... y perder. Planteó contra su joven rival Bareev (un GM que llegó a ser número tres del mundo en ranking ELO) un gambito Budapest intentando sorprender, pero el ruso montó un ataque duro y remató de forma táctica con un espectacular doble sacrificio de torres. 

    García Padrón y Morovic hicieron luego sendas tablas, lo que hacía concebir esperanzas de un resultado bueno, ya que Illescas tenía peón de más contra Balashov. En todo caso, el soviético compensaba el peón con más espacio, y finalmente se firmaron las tablas. En las dos últimas partidas en acabar, Brito daba la alegría con un nuevo empate, pero Julio Granda luchaba ya con calidad de menos con un muy en forma Lpotian y no pudo evitar la derrota.

    Ronda 2, 27-3-89: Con dos puntos de ventaja para el equipo ruso, poco podía esperarse en la segunda y última ronda.  En esta, el público pese a todo reprochó las rápidas tablas de Morovic con Sokolov. Más luchó Illescas, pero también firmó tablas en situación de equilibrio.

    Tras esto, poco podía esperarse de remontada en los cuatro tableros restantes. Aún así, Menvielle, otra vez a tumba abierta, hizo concebir esperanzas al montar un fuerte ataque contra Bareev, que obligó al rival a pensar hora y diez minutos… Pero una vez despertado del letargo, el ruso sacrificó de nuevo la calidad y con correctas maniobras logró imponerse. Fue junto a Lpotian de los más destacados para la afición. Las cosas no fueron mejor en los tres restantes duelos. Sucesivamente, Brito no pudo evitar ser superado esta vez, al igual que Granda, y por último José García Padrón, que aunque había logrado el equilibrio finalmente perdió calidad y entregó la partida. Un doloroso 5-1 para cerrar el match.

        











    4. ConclusiónEn definitiva, con un lleno hasta la bandera en el club Caja y perfecta organización, a pesar de la previsible eliminación quedó en Las Palmas una sensación positiva de reverdecimiento de los viejos torneos internacionales de los años 70 y primeros 80. Y se esperaba la inminente visita de Kasparov. La década de los 90 volvería a ser, ciertamente, de renacer de esos certámenes de primera línea en la isla de Gran Canaria hasta culminar con el supertoneo que enfrentaría años después a Karpov y Kasparov en un sextangular que hasta hoy se considera el torneo más fuerte celebrado en el mundo.

    El encuentro mereció bastantes espacios en la prensa local, y también fue objeto de mención en las revistas especializadas como Jaque y Revista Internacional de Ajedrez, donde se analizaron algunos de los juegos.

     5. Base de datos. Adjunto fichero con todas las partidas del encuentro. Caja-Tigran Petrosian 1989


miércoles, 5 de octubre de 2022

Mujer y ajedrez

Mujer y ajedrez. 

Ricardo Moyano. Febrero 2022. 

La serie televisiva Gambito de dama ha puesto de moda otra vez, como ocurre cíclicamente, el juego del ajedrez, y en particular el ajedrez femenino, o mas exactamente aquel en que una de las jugadoras es mujer, pues por ajedrez femenino suele entenderse aquel en que se excluye a los hombres y juegan las mujeres entre si.

Pero la existencia del ajedrez femenino se debe precisamente al hecho de que tradicionalmente las mujeres han jugado menos y peor que los varones. Por tanto, dicen algunos, mejor que jueguen solas... Y aqui viene la cuestion que abordo en la primera parte de este articulo.

  1. ¿Por qué las mujeres juegan menos y peor al ajedrez?

El ajedrez es un juego de inteligencia, en el que el valor de la fuerza o mejor de la resistencia física  no es nulo pero sí no determinante. Por ello, ante la realidad de que las mujeres juegan en menor número y las que lo hacen juegan peor que los hombres, se ha planteado el interrogante de cuál es la explicación de esta realidad indiscutible, ya que es puramente estadística. A veces se ha dicho que la respuesta a la segunda pregunta es precisamente la primera: juegan peor porque hay menos mujeres que jueguen al ajedrez, y por tanto es lógico que los mejores jugadores sean varones. Pero esta solución sólo traslada el problema: queda sin resolver la cuestión  de por qué el sexo femenino se dedica menos al ajedrez que el masculino, en una proporción de licencias federativas del orden del 95% de hombres y 5% de mujeres -aunque es cierto que con los años el número de mujeres se ha incrementado algo-.

La explicación de la diferencia no tiene a día de hoy una conclusión. Ni es propósito de este artículo divulgativo. Me limitaré a exponer someramente  teorías que se han avanzado, y a citar casos históricos sobresalientes de jugadoras que sí compitieron de tú a tú con los hombres. 

Volviendo a la pregunta, claro es que cuando decimos “las mujeres juegan peor” empleamos el término “mujeres” como género, lo que no impide -faltaría más- que una mujer concreta juegue mejor que uno o muchos varones, y los hombres ya se han acostumbrado a perder contra mujeres en las competiciones, aunque a veces, seamos sinceros, no les haga ninguna gracia. Por supuesto, afortunadamente, algo hemos avanzado, ya han pasado los tiempos en que se empleaban tópicos como “Juega bien para ser mujer”, o “Perdió porque a fin de cuentas es mujer”.

Vayamos con las explicaciones del hecho diferencial:

1.- Teorías biológicas.- Se apela a las diferencias fisiológicas entre hombre y mujer, alguna peregrina como el mayor volumen del cerebro del hombre, y otras más plausibles, como las diferencias neurológicas del cerebro: el del varón con mayor predominio del área del pensamiento lógico y el cálculo -supuestamente importantes en ajedrez- y la mujer con mayor equilibrio entre las áreas, y superioridad en el área de la intuición y la creatividad -supuestamente de menor valor en ajedrez´, lo que es muy discutible-. Sin embargo, los neurólogos tampoco han obtenido  hasta hoy resultados claros sobre las diferencias  de los sexos, y como dice Nicola Loloco, el cerebro de hombre y mujer se comporta de forma holística, y no toma decisiones utilizando una sola parte de la mente.

2.Teorías psicologistas: Dejando aparte explicaciones psicoanalistas, tienen en cuenta la psicología real de hombre y mujer, y son algo más sólidas. El ajedrez sería un juego muy competitivo, que se ha comparado al tenis -una persona contra otra, en un toma y daca constante, en partidos que se prolongan a veces muchas horas, cinco o más-. Y además es muy agresivo, una especie de guerra incruenta pero dura, que concluye con el mate al rey contrario. Estas características se asociarían más a los valores de predominio masculino.

Desde otro punto de vista, la mujer sería más práctica y menos obcecada. Y el ajedrez exige un temperamento obstinado, una preparación constante, un desgaste de energías que la mujer considera poco razonable.

Estas teorías se conectan a su vez con las sociológicas:

3. Teorías sociológicas.-  Las mujeres no juegan en menor número casi en los primeros años de la escuela, pero suelen abandonar el ajedrez serio en la adolescencia, hacia los 14-16 años. ¿Por qué? En parte por lo que ya hemos dicho, lo ven poco práctico, una actividad a la que no hay que dedicar tanto esfuerzo, porque no deja de ser un juego. Y en parte porque precisamente al haber menos jugadoras de esa edad, lo van viendo como una actividad masculina, pierden los referentes de emulación en su género.

En este sentido, la menor dedicación de la mujer al ajedrez profesional no sería  necesariamente negativa: el abandono del ajedrez de competición a cierta edad es una ponderación de valores, un signo de equilibrio emocional. Pues realmente es muy difícil vivir del ajedrez, y como dijo el subcampeón mundial Korchnoi, “un juego de piezas de madera no es una actividad profesional lógica para la edad adulta”.

Claro está que puede objetarse que no solo en el ajedrez profesional hay menos jugadoras, sino tambien en el ajedrez de meros aficionados.

Asi que la respuesta queda en el viento, como la cancion de Bob Dylan.

Sea como fuere, es evidente que no hay una inferioridad intrínseca de la mujer en el juego del ajedrez, y que las diferencias de dedicación y de nivel hay que buscarlas en razones diversas, historicistas, y complejas.

 Ahora vamos con la segunda parte del articulo, un baño en la realidad historica. La serie de tv se basa en parte en la vida de las dos mas grandes ajedrecistas que ha habido. Vera Menchik y Judit Polgar. Yo hare un panorama algo mas amplio y citaré no dos sino tres grandes jugadoras del s. Xx y xxi.

  1. La mujer en la práctica del ajedrez en la historia.-  

Vayamos pues a lo que ha sucedido en la historia. Tampoco es demasiado clara la dedicación  de la mujer al ajedrez en épocas remotas. Parece que en algunos tiempos la mujer jugaba habitualmente, y que posteriormente, a partir del s. XVII,  fue relegada, prohibiéndosele el acceso a bares, tabernas y clubes donde se jugaba. Antes no era así, el ajedrez era un juego cortesano e incluso de seducción -permitía a la mujer departir largo tiempo con sus pretendientes-, y de hecho, la introducción de la dama como la pieza más fuerte del tablero parece haber sido un reconocimiento a la figura “empoderada” de Isabel la Católica y de otras reinas de esa época; la propia reina Isabel era aficionada al ajedrez, al igual que lo fue Teresa de Jesús. No obstante, la vinculación de la dama con mujeres reales históricas es discutida, y negada por algunos historiadores.

 Pero como digo, posteriormente la mujer desaparece de la escena del ajedrez. Según la Enciclopedia Británica, podría haber sido la introducción de la dama como pieza poderosa lo que perjudicó paradójicamente a la mujer: al hacerse el juego mucho más atractivo y emocionante, se puso de moda entre los hombres, y apartaron de los lugares de juego a las mujeres.

En el s. XIX, con el inicio de los movimientos feministas, el ajedrez es practicado de nuevo por mujeres, pero de forma segregada: surgen clubes femeninos, el primero a mediados de siglo en Países Bajos, pero con especial fuerza en Estados Unidos e Inglaterra. Son dos de  estos dos clubes los que organizan a fines del siglo el primer torneo internacional femenino (Ladies college club inglés y Women’s chess club de Nueva York). Eso sí, era un torneo exclusivamente femenino. Y es que no se concebía que las mujeres jugaran con y contra hombres, por razones históricas y porque su nivel de juego, realmente, era muy inferior.

Las cosas empiezan a cambiar con una de las tres mujeres de las que quiero ocuparme. La anglorusa Vera Menchik (1906-1944). Fue Menchik no solo la primera campeona mundial de ajedrez -en torneos femeninos- sino además la primera en competir en torneos masculinos ganando a muchos de los maestros del juego. La figura de Menchik (“la mujer que dio jaque al machismo” como la describe Manuel Azuaga) está envuelta en algunas brumas, y realmente es una vida de película.  Nacida en Moscú de padre checo y madre inglesa, Vera aprendió a jugar de su padre junto a su hermana Olga -de menor nivel de juego- hacia los nueve años, y cuando sus padres se separaron su madre se llevó a ambas hermanas a Inglaterra, muy cerca de Hasting, que era un poderoso centro de ajedrez.  Fue una afortunada casualidad. Vera se incorporó al club de ajedrez de Hasting y dada su valía recibió enseñanzas de un maestro húngaro, Maroczy, que se asombró con el nivel de juego de Vera, le enseñó muchísimo, y fue su amigo para siempre. Hecho utilizado en la serie televisiva.  A partir de 1927, Vera juega los primeros campeonatos del mundo femeninos, y barre en todos ellos. Sólo una jugadora, la alemana Sonja Graff, de la que hablo luego, estuvo a punto de quitarle el título en una ocasión, pero se equivocó en la partida decisiva.

Pero a Vera pronto se le quedaron pequeños los torneos femeninos y compitió en torneos masculinos, ganando a muchos profesionales. Sin embargo, cuando se aceptó su participación en un torneo masculino por primera vez, en 1929, hubo grandes protestas porque se permitiera jugar a una mujer, a la que se consideraba muy inferior a los hombres. Así que uno de los participantes dijo que fundaba el “club Vera Menchik”, y que si ella era capaz de ganar a algún participante, el perdedor pasaría a formar parte automáticamente del humillante club, al que no le auguraba ningún futuro, pues seria un club desierto. Por desgracia para él, quien tuvo esa bufa ocurrencia fue el primer derrotado, y tomó el número uno en el club, que llegó a estar formado por 49 socios, muchos de ellos fuertes maestros derrotados por la anglorusa.

Por desgracia, su carrera no fue larga. Casi al final de la II guerra mundial, un bombardeo alemán sobre Londres acabó con su vida  y la de su hermana Olga en 1944, cuando Menchik no había cumplido siquiera los 40 años y aun tenia mucho que decir.


Sonja Graf (1908-1965), la gran rival de Vera, aunque nunca pudiera arrebatarle el cetro, tuvo una vida algo más larga y aún más interesante, si no en lo ajedrecístico si en su trayectoria vital. Muy bohemia, los clubes de ajedrez alemanes le sirvieron para escapar de los abusos, el maltrato físico y moral que recibía de su padre. Para estar lejos de casa jugaba ajedrez horas y horas y dormía incluso en el suelo. Frecuentó luego en Munich el barrio de los artistas.  Para evitar la discriminación, empezó a vestirse como un hombre, con chaqueta y corbata y pelo corto. Jugó mucho en España, de la que amaba “el sol más intenso que en ninguna otra parte”.  Se dejó ver por ejemplo en Burgos nada menos que en 1936, año de la guerra civil, y como luego escribió “los burgaleses se prendaron de mi pelo cortado y mi atractivo sexual, aunque yo no sea realmente un dechado de hermosura física, solo una mujer del montón”. Aunque a nivel menor que Menchik, Sonja también compitió con éxito contra hombres, ganando a alguno de los maestros. En 1939 competía con el equipo alemán en la olimpiada de Buenos Aires, pero el nazismo le prohibió utlizar la bandera germana porque no la consideraba un buen ejemplo, y los argentinos le fabricaron una bandera blanca que ponía "Freedom". Permaneció luego en Argentina, y de ahí pasó a los Estados Unidos, donde ya permaneció. En los años 40 escribió dos libros biográficos, "Así juega una mujer" y ".Yo soy Susann : relato íntimo y autobiográfico; impresiones reales; recuerdos y confidencias amorosas; historia de la vida en si misma con su enseñanza y su verdad", donde relata los abusos que sufrió en la infancia. Llevó una vida inestable, con algunos problemas de alcoholismo,  pero se casó en Estados Unidos, fue madre,  y se retiró del ajedrez de competición, si bien retornó más tarde y volvió a vencer en torneos femeninos, estando vinculada al juego hasta su prematura muerte por una enfermedad hepática.

A pesar de estas atractivas figuras, la práctica de jugar torneos femeninos separados ha continuado hasta hoy, en medio de polémicas. Unos los ven un sinsentido, y otros -entre ellos muchas mujeres- los defienden, al menos temporalmente, porque les permiten acceder a brillo mediático y trofeos.  Claro está que las mujeres fuertes compiten también en torneos masculinos.

El tercer y último  caso de ajedrecista mujer que ha sido capaz de igualarse a los hombres es más reciente y aún más relevante en nivel de juego que el caso de Vera Menchik, la húngara Judit Polgar (1976), ya en la segunda mitad del s. XX. Las Polgar son tres hermanas de origen judío, de las cuales dos han sido ajedrecistas profesionales. Judit Polgar, retirada en 2014, llegó al puesto 8 del mundo, y ha sido la mujer más fuerte de todos los tiempos. Pero en realidad su trayectoria, como la de sus hermanas, fue el fruto de un “experimento” de su padre, pedagogo, que quería demostrar precisamente que una mujer podía llegar tan lejos como un hombre en cualquier campo. Eligió el ajedrez, donde las mujeres estaban muy retrasadas en comparación con los varones. El experimento ha sido muy polémico, porque implicó que las niñas no fueran al colegio, y recibieran la educación directamente de sus padres. Por eso se corrió la leyenda de que el padre había creado poco menos que “monstruos”, lo que es incierto, porque las Polgar han sido y son mujeres sociables, de fácil trato, y perfectamente integradas en la sociedad. Lo que sí es cierto, claro está, es que esta excepción a la regla que fue Judit Polgar surgió de esas condiciones peculiarísimas de su formación, que no estaban al alcance de otras. No todos apoyaron a las Polgar ni mucho menos, y el padre  recibió incluso ataques antisemitas con la esvástica nazi por parte de sus vecinos.

No se llegó a tanto en el mundillo del ajedrez ni nadie fundó un club de las victimas de Judit, pero si tuvo que lidiar con tics machistas. Actualmente eso ha desaparecido casi totalmente. Eso si, segun los estudios los varones tienden a jugar con mayor agresividad contra las mujeres, sobre todo si son atractivas. ¿Chuleria?

Una anécdota que no cabe calificar de machismo sino de despiste que sufrió Judit Polgar tuvo por protagonista al mismísimo campeón de mundo, el fuera de serie Garry Kasparov. Durante el supertorneo de Linares, acostumbrado a que el baño de mujeres nunca era utilizado, porque nunca competían en un torneo tan duro, penetró en dicho servicio encontrándose con la sorpresa de ver allí a Judit… Quien por cierto le derrotó en su enfrentamiento individual en ese torneo, aunque Kasparov acabó en primer puesto. 

Para ir acabando, contaré una curiosidad nacional. Un fuerte jugador catalán se sometió hace años a un proceso de transexualidad, convirtiéndose en mujer. En dicho instante se incorporó a los torneos de ajedrez femeninos, ganando dos veces el campeonato de España, en medio de una gran polémica. Posteriormente abandonó el ajedrez.

En sentido inverso, continúa habiendo grandes jugadoras que compiten de tú a tú con hombres, aunque.sin llegar al nivel de Polgar. Una de ellas, mi paisana la canaria Sabrina Vega, ocho veces campeona de España femenina, tiene el título de Maestro Internacional absoluto, es decir, el segundo título de mayor valor tras el de Gran Maestro absoluto (entendiendo por absoluto el que no es femenino). Y ha sido capaz de ganar al mismísimo ruso Anatoly Karpov, ex campeón del mundo, en una ocasión.

Por último, para los interesados en el tema, pueden leer entre otros  libros como “Las reinas del tablero” del filósofo y ajedrecista Nicola Lococo, o los artículos sobre ajedrecistas mujeres en  “Cuentos, jaques y leyendas” de Manuel Azuaga, en los que ha basado algunos de los datos de este artículo. Aunque no sepan jugar en absoluto al ajedrez, les aseguro que ambos libros, y otros como Nieve Negra, de Jorge Benítez, pueden leerse con gran provecho.

viernes, 12 de agosto de 2022

Ricardo Calvo en Las Palmas 1973 y apuntes biográficos. Nuevo artículo. Ajedrez canario y nacional

 

Ricardo Calvo, médico, ajedrecista (1943-2002). Texto complementario sobre apuntes biográficos y de su estancia en Las Palmas.

Ricardo Moyano agosto 2022.

1. Introducción.

A la vista de nuevos datos sobre la vida de Ricardo Calvo me decido a ampliar mi texto anterior sobre su figura con este artículo complementario.









Calvo visita en Mallorca a su esposa e hijos cuando ya había marchado a Madrid

El joven Calvo

Los años felices del matrimonio, probablemente 1973 en Las Palmas


 En la panoplia de los jugadores hispanos de ajedrez, no debe haber muchas personalidades de la complejidad poliédrica que envuelve a la figura del doctor Ricardo Calvo (1943-2002). Prematuramente desaparecido a los 58 años, su talento, formación cultural, polifacetismo, pero también su arriscada personalidad contestataria y rebelde, lo hacen difícilmente encasillable. Se le admiraba, tuvo algunos grandes pero pocos amigos; y se granjeó también numerosos y poderosos enemigos. Fue sin duda uno de los mejores jugadores españoles en las décadas de los 60 y 70, pero su dedicación a la medicina y otros quehaceres y su indolencia natural para el estudio técnico limitaron su titulación a la categoría de Maestro Internacional, aunque sus cualidades innatas hubieran dado para mucho más -sin ir más lejos, el notario Jesús Díez del Corral consiguió el título de GM-. 

Ricardo Calvo fue un espíritu libre que prefirió desplegar   sus cualidades en muchas direcciones: de vasta cultura, fue dermatólogo especialista europeo en lepra, y también periodista de ajedrez, escritor, investigador del ajedrez medieval, traductor, políglota… Pedro Lezcano le definiría con justicia en su paso por Las Palmas en  1973, al dedicarle un poema, como “un humanista”; ciertamente fue un verdadero hombre del renacimiento, al que su difícil trato personal y su querencia por la polémica y por nadar contracorriente enajenó un mayor reconocimiento público.

 

  El propósito de este artículo no es desde luego desarrollar un estudio completo de la biografía de Ricardo Calvo Míguez, que se escapa de mis posibilidades. Aquí me centro básicamente en las tres visitas a Las Palmas de las que tengo constancia, y en el año que pasó viviendo esta ciudad durante 1973, con 30 años, período en que consiguiera el título de Maestro Internacional además de coadyuvar al primer título de campeones de España por equipos logrado por un equipo canario, como primer tablero del Caja de Ahorros de Las Palmas.

No obstante, facilito algunos datos biográficos anteriores y posteriores a este momento, basándome en informaciones de su viuda Carmen Pérez y de su hermana mayor Natividad que serán buenos para ubicar el entonces joven médico en su contexto vital.

        El paso de Calvo por Canarias fue el de un cometa tan brillante como fugaz. En algunos aspectos fue un precedente de lo que supondría luego la residencia del GM Bent Larsen en Las Palmas y su fichaje por el equipo del Caja, precisamente para suplir la marcha de Calvo. Los dos eran carismáticos, dicharacheros, cultos… Pero la brevedad de la etapa de Calvo, su difícil trato, su carácter de jugador aficionado, hacen que la comparación no pueda llevarse más allá.  

        Cuando Calvo deja Canarias en enero de 1974, no contaba mucho más amigos que los que ya tenía previamente: Angelito Fernández, al que había conocido en Alcoy en 1965, y Fernando Visier, jugador castellano y campeón de España que estaba afincado por entonces en Las Palmas, integrante también del equipo del Caja. Se fue muy enfrentado en cambio a los estamentos federativos locales, precedente a su vez de lo que le sucedería luego en sus lucha a muerte con la Federación nacional y posteriormente con la internacional, hasta llegar a ser declarado “persona non grata” por ésta, en una decisión insólita. 


            2. Infancia y juventud de Ricardo Calvo.-  


        Ricardo Calvo Míguez nació el 22 de octubre de 1943 en Alcoy (Alicante), en el seno de una familia muy numerosa, llegaron a ser diez hermanos. Su hermana mayor Nati narra en un texto sus primeros años, añadiendo su viuda Carmen Pérez algunos datos: "Era muy rubito y con cara de niño bueno. Mi padre Ricardo se desesperaba, pues le hubiera gustado que fuera más movido. Sin embargo, era debilucho, tuvo varios problemas intestinales. Papá quería que jugara fútbol, y a él no le gustaban los deportes, pero tanto insistió que se apuntó a un equipo del colegio. Mi padre acudió con mucha ilusión a ver el partido en que iba a jugar, y se desencantó porque Ricardo no hizo más que correr para todas partes, sin tocar balón en ningún momento. Mi padre ya no le insistió más con el deporte". "(Carmen): Hasta el punto de que para salir al campo se había puesto la camiseta encima de la ropa de calle, no le gustaba nada el fútbol".


"Ricardo era la lumbrera de la familia, el más inteligente, pero... también el que se rodeaba siempre de los menos recomendables, y su inteligencia la aprovechaba para hacer maldades y travesuras. Un día le riñeron por alguna trastada, y se fue con Rosa, que era a la vez su confidente y su víctima, andando hasta Alcoy desde Jalance, donde veraneábamos algunos años. A Rosa le dio miedo y se volvió a casa, pero Ricardo no aparecía y toda la familia se volvió loca buscándole. Se llevó una gran riña. Más tarde tuvo una temporada de reposo, y como se aburría mi padre le enseñó a jugar al ajedrez, le encantó y se apuntó al club de ajedrez Alcoy, y ya en el primer torneo, compitiendo con los de su edad, ganó. Dado su potencial le animaron a que fuera a Alicante a jugar los provinciales, acudió y también ganó. Fue una gran alegría para la familia".


En efecto, desde 1958 Ricardo Calvo estaba disputando los torneos de la categoría en Alicante, jugando también por equipos, hasta proclamarse campeón provincial. Más tarde, al irse a vivir a Valencia para cursar estudios de medicina, también se proclamaría campeón regional de Valencia.


    Y Ricardo no solo destacó en el plano local, pues ya en 1960 fue  campeón de España escolar, y en 1961 fue el primer campeón juvenil español "sub 20". Hasta ese momento la Federación nacional consideraba cubierto el ajedrez infantil y juvenil con  esos torneos escolares, pero el Campeonato juvenil mundial había comenzado a disputarse cada dos años, y estaba abierto a jugadores "sub 20" (los escolares eran solo "sub 16"), y sin que se precisara proceder de la vida escolar. Por ello, la FEDA pensó en organizar un campeonato juvenil nacional "sub 20", de modo que el vencedor acudiera a los mundiales. La primera edición fue preliminar, pues consistió en un pequeño torneo de liga en Madrid entre ocho jugadores elegidos por su actuación en el campeonato escolar o por las federaciones directamente. Para algunos el favorito parecía el sevillano Ernesto Palacios, que estaba más rodado que Calvo, y había sido cuarto en una semifinal del campeonato de España previa, pero se impuso el alicantino con 6,5 puntos sobre un total de 7, obteniendo dos puntos más que los segundos clasificados. La revista “El ajedrez español” narra la actuación de Calvo: "La brillante trayectoria del vencedor, el alcoyano Ricardo Calvo, Ie situó desde pleno comienzo como el principal favorito. Tras su victoria en el Campeonato Escolar del año pasado, el joven Calvo -de diecisiete años- logró proclamarse carnpeón de Ia provincia de Alicante, en lucha ya oficial y con los mayores. Este año, residiendo en Valencia por sus estudios, obtuvo el título regional valenciano, confirmando sus excelentes condiciones, corno gran promesa del ajedrez patrio".

    


 Tras este éxito rotundo, el joven Calvo debía disputar el campeonato mundial, que se jugaba en La Haya (Holanda). Volvemos al texto de su hermana Nati: "Mi padre estaba entusiasmado con el éxito de Ricardo, pero no veía con quien podía ir Ricardo a Holanda, llamó a Mr. Lommer que era el árbitro, y que iba con su esposa; se hicieron amigos y Ricardo pudo viajar con el árbitro. Por las noches mi padre ponía las radios extranjeras en español, y una noche se sorprendió de que Radio Hilversum emitía una charla con Ricardo, así que toda la familia escuchamos el programa muy emocionados. Como agradecimiento mi padre invitó al matrimonio Lommer a casa en Alcoy, y se lo pasaron muy bien con el ambiente festivo de la familia".


    La actuación de Calvo en el mundial juvenil fue buena, quedando séptimo -campeón fue Bruno Parma seguido de Florin Gheorghiu-, aunque quedó lastrado por su mal comienzo. Consiguió no obstante el premio de belleza por su triunfo sobre Westerinen. Su brillante estilo le granjearía bastantes premios de este tipo a lo largo de su carrera.

Leamos de nuevo la revista “El Ajedrez español”: "En La Haya finalizó el pasado mes de septiembre el Campeonato Mundial Juvenil,  competición que organiza -cada dos años la Federación Internacional , y que está reservada a jugadores menores de veinte años. Veintinueve jugadores, representando a 28 países, se dieron cita en la ciudad holandesa, -disputándose las semifinales en cuatro grupos, de los cuales los tres primeros clasificados pasaban a la fase final. Después de destacada actuación en las preliminares, el representante español, Ricardo Calvo, campeón de Valencia, aunque nacido en Alcoy, logró clasificarse en el segundo puesto de su grupo, llegando a la fase decisiva. En la gran final tuvo Calvo mal comienzo, perdiendo con Nagy una partida que tuvo muy favorable, y en la que rechazó el empate, y luego con Parma y Georghiu, lo cual desanimó a nuestro jugador, quien tras diversas alternativas se clasificó en el séptimo puesto”. 


        A partir de aquí Ricardo empezó a despuntar en el ajedrez, pero lo combinaba con los estudios universitarios. Nunca se planteó ser un jugador profesional. Como digo, se marchó a Valencia para estudiar medicina, y se incorporó al ajedrez valenciano, siendo campeón regional, aunque sin olvidar nunca su procedencia alcoyana: más tarde sería el mayor puntal del C.A. Alcoy disputando  con dicho equipo varios campeonatos de España.

         Sigue el relato de su hermana: "Empezó a estudiar medicina en Valencia... vivía en un colegio mayor... pero era tan vago como inteligente, y empezó a tener problemas en el colegio. Ya que empezó a juntarse con amigos poco recomendables, y era muy contestatario y reivindicativo. Un día no se presentó al examen de doctorado, porque no tenía ganas de levantarse, lo mismo le sucedió para las pruebas físicas de la milicia universitaria".


            Calvo combina sus estudios con el ajedrez. Medicina y ajedrez son sus dos pasiones, como él diría siempre.  Comentaría en una entrevista de 1987 que nunca tuvo apoyo federativo, y que al empezar los estudios de medicina tuvo que dejar la competición, que luego retomaría, combinando como podía ajedrez y estudio.

            No se prodiga Calvo desde luego en los torneos oficiales de la FEDA, pero sí juega algunos  selectos como el Costa del Sol de 1962, donde da la sorpresa para ser un aficionado: queda hacia la mitad de la tabla, en séptimo lugar de once participantes, y 5.5 puntos, siendo la revelación del torneo. De nuevo además obtiene el premio de belleza por su victoria sobre Langeweb. 

        No sería Calvo, por sus estudios, muy habitual de los campeonatos individuales de España, pero en sus contadas participaciones de estos años queda siempre muy arriba: En 1963 en su bautismo en el absoluto obtiene un magnífico tercer puesto -Pomar se impondría en el torneo-Juega también fuera de España, en Hamburgo -iniciando su larga relación con el país teutón-, la Copa Clare Bennedict de 1964, etc. Realmente, andando los años Calvo remarcaría que jugaba a menudo más fuera de España que en su país natal, atribuyéndolo a su distanciamiento con las autoridades federativas.

        En 1965, de nuevo defendiendo una vez más por equipos los colores del C.A. Alcoy, fue cuando conoció  a quien iba a ser su mejor amigo “canario”, o “astur-canario”, Angel Fernández. Y es que en este año jugó por primera vez una selección de Las Palmas el campeonato de España por equipos, precisamente en la localidad alcoyana. Ricardo y Angel (1942), casi de la misma edad, estaban llamados a entenderse, pues compartían en gran medida el modo de ser: inquietos, creativos, individualistas. Eso sí, el carácter de Ricardo era mucho más áspero que el de Angel, pero quizá eso les hacía complementarse mejor. La amistad duraría ya hasta la muerte de Angel en 1999, aún más joven que Ricardo, que fallecería igualmente de forma prematura, y también por cáncer, en 2002.

            Calvo iba subiendo de nivel continuamente, y sería olímpico en cinco ocasiones. La primera vez fue muy feliz para él, en La Habana 1966. En esta olimpiada el propio Fidel Castro se fotografió con Calvo y le hizo un regalo. Obtiene además allí Calvo una victoria resonante, al vencer al soviético Victor Korchnoi, que no debió calibrar la fuerza de un jugador que por ser simplemente no profesional carecía de título internacional. Ricardo siempre estaría orgulloso de esa victoria. Más tarde, una vez que Calvo consiguiera el títuio de M.I., Korchnoi diría que por fin había encontrado un jugador de esa titulación que era realmente fuerte.

        Calvo, a estas alturas, era ya desde luego uno de los mejores jugares españoles, pese a que seguía siendo un aficionado, y nuevamente juega las olimpiadas de 1968 y 1970. Y en ese año, 1970, Calvo disputa  por segunda vez el campeonato individual de España, en Llarenes (Asturias), donde queda subcampeón esta vez, tras precisamente el sevillano Palacios, invirtiendo el orden del juvenil de 1961. Allí compartió piso con los madrileños Visier y con J.A. Valcárcel, éste ya afincado en Las Palmas. Valcárcel recordaba las fiestas donde Visier y Calvo tocaban la guitarra y cantaban canciones como Hasta siempre comandante. Y es que Calvo, que tenía una voz grave y profunda, era un gran cantante.

            Sería éste el mejor puesto obtenido por Calvo en el torneo nacional, pues en su retorno en 1977 y años posteriores, su dedicación laboral y el paulatino abandono del tablero no le permitiría ya brillar en el podio.

        En lo profesional, acabada la carrera de medicina, realiza estudios de postgrado en Alemania.  Calvo tiene ya una sólida formación académica y habla perfectamente inglés y alemán. Su conexión con Alemania, que será permanente, quedará puesta de manifiesto en su traducción del libro Lucha, del ex campeón mundial Lasker, de significativo título, en el que hace además un estudio preliminar para su edición en español -Años más tarde jugaría la liga por equipos del país germano-.

        Pero ahora, estamos a comienzos de los 70, ha fichado ahora por el poderoso club madrileño Schweppes, de Román Torán, que se proclama campeón de España varias veces seguidas. 

            La escuadra madrileña era el equipo a batir por el Caja de Las Palmas, que había quedado subcampeón en 1971 y 1972. Y la figura de Calvo no había pasado desapercibida para los federativos locales. En el Caja milita precisamente su amigo Angel Fernández, campeón de España en 1967, Y fue en 1972 cuando, al parecer en la Olimpiada de Skopje de 1972 donde se produjo la oferta para que se residenciara en Las Palmas con un buen puesto como médico en un hospital del Cabildo Insular de Gran Canaria, y por supuesto, ello entrañaba fichar por el Caja como primer tablero para intentar dar el asalto al título nacional. En esa Olimpiada, por cierto, Calvo no figuraba como jugador sino como analista y capitán del equipo, por no haber disputado los campeonatos individuales nacionales.

            Calvo aceptó la oferta y realizó el viaje a Las Palmas en barco a principios de 1973. Pero no llegó solo. Se había casado con una joven vasca, Carmen Pérez, que había conocido en Alemania donde Calvo estaba trabajando por entonces. Llega el matrimonio a Las Palmas en plena luna de miel, con 30 años, con un  Calvo en pleno crecimiento de su fuerza ajedrecística y de su desarrollo profesional como médico. Se había especializado en dermatología y en concreto en los estudios sobre la lepra.

    -(Carmen Pérez): Nos conocimos en Aachen, Aquisgrán; Ricardo trabajaba en unos laboratorios, en  Grünental-Stolberg-, empresa farmacológica que fabricó la Talidomida, "Contergan" en alemán. Hubo un juicio, en el que se comprobó que pese a sus problemas, era efectiva en leproreacciones, y Ricardo llevaba esa investigación, dentro de sus estudios sobre la lepra. Yo trabajaba allí como profesora. Creo que fue en la Olimpiada de Skopje de 1972 donde a Ricardo los ajedrecistas canarios le ofrecieron ir al equipo de Las Palmas y que podría trabajar en la leprosería que había allí y podría mantener el contacto con Alemania. Esto no se confirmó, y trabajó realmente en el Hospital Inglés en la Avda. de Escaleritas.

       

        Durante su estancia en Las Palmas profundizó en su amistad con Angel Fernández. Quedaban a menudo, iban a bares que conocia Angel, veían las estrellas desde el telescopio que Angel tenía en su vivienda del barrio de Escaleritas, hablaban de filosofía, de cualquier tema… y por supuesto jugaban al ajedrez. Sin duda, dentro de esa amistad, Angel, que tendía a mimetizarse con los demás, profesaba al joven médico también admiración, por sus logros personales y por su trayectoria en ajedrez. Pronto incluso empezaría a copiar su aspecto físico, cuando Calvo se dejó una espesa barba, que Angel adoptaría pocos años después, o a comprar una furgoneta con camas como la que tenía también Calvo. Eso sí, en este aspecto contracultural Angel llegaría más lejos, pues vivió dos años en plena bohemia atravesando europa y viviendo casi como un Robinson Crusoe en la isla de Fuerteventura, donde confeccionaba piezas de ajedrez con cañas y vivía de lo que él mismo pescaba con su esposa Inma y su pequeño hijo.

        Pero no nos apartemos de Calvo, y continuemos con el relato de la hermana de Ricardo: "Era el protector de los borrachines, una vez le regaló una gabardina a uno. Y muy reivindicativo. Se peleó con el director en su primer trabajo en Fontilles, y tuvo que salir escoltado por la guardia civil. Siempre traía gente rara a casa. Compañeros de fiestas, ajedrecistas... Una vez trajo a un leproso, que ya estaba curado. Se hizo amigo de un tal Molina, que era asocial, y cuando trabajó después en Cáceres contrató a otra persona de mayordomo que era también extraña" "(Carmen) Sí, el de Cáceres fue alguien que conoció allí, se llamaba Florencio; ese Molina  afortunadamente acabó yéndose a suramérica". 

Nunca se apeó Calvo de este modo de ser rebelde, antes al contrario, se fue agravando con el tiempo. El propio Calvo resumía en una entrevista de 1987 las condiciones de un ajedrecista, en lo que parecía ser un retrato robot de sí mismo: "Huraño, introvertido, con fuertes dosis de agresividad, de escasas y sentenciosas palabras, y dificultad para la interacción social". 

3. "Fichaje" de Ricardo Calvo por el club Caja de Ahorros de Las Palmas.-


               Como dije, parece ser que Calvo fue captado para el ajedrez canario en la olimpiada de 1972. En  ese año estaba desarrollando una temporada espléndida, quedando en el internacional de Mallorca a medio punto de la norma de M.I. y venciendo al G.M. soviético Averbach.   Estaba llamando a las puerta del título internacional, y sin duda si para Las Palmas Calvo era una pieza esencial para la conquista del campeonato de España por equipos, para él suponía un trampolín para su objetivo, conseguir el título de MI, que por entonces tenían muy pocos en España. Para ello contaba con participar en el II Internacional de Las Palmas que se celebraría en primavera de 1973 y en el inmediato I Internacional de Arrecife. Claro está que para acceder al Internacional de Las Palmas era preciso que obtuviera una de las dos primeras plazas en el campeonato provincial de Las Palmas que daban el acceso. Calvo no tendría problema alguno, y ganaría de calle el provincial, como ya había hecho en Alicante y Valencia, cediendo unas solas tablas como explico en el artículo anterior sobre el joven médico.

 

        Por tanto, la tarea de Calvo consistía en jugar el provincial, los dos torneos internacionales, y competir como primer tablero con el equipo del Caja de Ahorros de Las Palmas. Todo salió a pedir de boca, si no en lo laboral, como ya he dicho, sí en lo ajedrecístico.


                 En el muelle, enero de 1973, le esperaban con los brazos abiertos todas las fuerzas vivas de nuestro ajedrez. Entrevistado por el cronista del ajedrez Andrés Armas Suárez, declaró que su objetivo era luchar por el título de M.I., y que quería combinar el ajedrez con su profesión médica, y por supuesto se incorporaba de inmediato a la disciplina del club Caja. Con Menvielle, Visier, Angel Fernández, Betancort... Calvo completaba una plantilla de muchos quilates. Tantos, que al estar vinculados todos ellos excepto Menvielle laboralmente a la entidad financiera, Domínguez o Pedro Lezcano tuvieron que buscar refugio en otros equipos grancanarios. No era excesivo problema, pues Las Palmas tenía jugadores suficientes para colocar dos o tres equipos en la categoría nacional, en esos años.

               -(Andrés Armas): Sí, le entrevisté nada más llegar al puerto de la Luz. Calvo, políglota, culto, bien trajeado, impresionaba con su presencia y su mirada inteligente, esas grandes gafas y su grave voz.  El lado malo era su difícil carácter. 


            Inma Almenara la que sería esposa de Angel Fernández años después, recuerda a Ricardo Calvo:


                -Angel siempre fue muy amigo de Ricardo Calvo, hasta su muerte. Ellos ya se conocían de antes de que yo conociera a Angel, y cuando yo le conocí y empecé a salir con él Ricardo Calvo ya no vivía en Las Palmas.  Pero, aunque se había marchado, Ricardo llamaba a Angel casi a diario, y se pasaban horas hablando en la noche. También me aconsejaba continuamente sobre mi embarazo, como médico que era, y tanto me llamaba, que acabé poniéndole Ricardo a mi hijo, en homenaje a él. Luego nos vimos las dos parejas, en la península, o cuando él venía a Las Palmas. Y Ricardo se portó maravillosamente cuando mi esposo falleció en 1999.

Volviendo a la llegada de Calvo a Las Palmas, comenta su esposa Carmen:

        -Ricardo aceptó la oferta de la federación. Así que decidimos casarnos a fines de 1972 y trasladarnos a Las Palmas en barco, sí, en plena luna de miel. Era enero de 1973. De Las Palmas recuerdo lo bien que nos acogieron en el entorno de los ajedrecistas. Vivimos primero en el edificio Guayarmina, en la avenida Juan XXIII, después en Ciudad Jardín. Fue un año magnífico. Ricardo jugó el torneo Internacional en el Hotel Santa Catalina, recuerdo todo, la clausura, el haber acompañado a Tigran Petrosian a comprar ropa barata para su familia, a Oscar Panno, a Liubojevic etc., también la bonita sede del equipo Caja en el club de ajedrez, muy cerca de donde vivíamos al principio, por supuesto a todos los organizadores y ajedrecistas canarios, no paso a nombrarlos por si me dejo alguno, también recuerdo a José María González el fundador de la revista Jaque, que acudía a los torneos. Un sinfín de recuerdos. Conservo la preciosa mantelería de bordado canario que me regalaron. ¡Gracias a todos!.


-Se conservan las partidas que jugó Ricardo en los internacionales y algunas por equipos, pero el resto se han perdido... 


-Las partidas él no las conservaba, las arrugaba y las dejaba en los bolsillos. Lo que tengo son algunos trofeos, y muchas fotos. Tengo sus fotos desde que era niño. 

-El matrimonio terminó más tarde...

-Nos fuimos a Mallorca en enero de 1974, también en barco, y allí él siguió trabajando como médico. Tuvimos tres hijos, pero pasado mucho tiempo, nos separamos. Yo soy amante de la vida sana y familiar y él lo era de la vida nocturna y sus consecuencias. No era una ruptura definitiva, en ese instante; el venía a Palma a vernos, y nosotros, mis tres hijos y yo, íbamos también a menudo a Madrid, donde él se trasladó. Teníamos buena relación, y se podría haber arreglado todo, hasta que inició una relación con Carmen Romeo Pérez, a la que yo conocía desde antes de casarnos. Ellos, eso sí, nunca se casaron. Yo soy la viuda de Ricardo Calvo y la madre de sus hijos.

Para la actividad ajedrecística en 1973 en Las Palmas, me remito al artículo inicial de este mismo blog. Como ya digo en él, Calvo ganó con insultante autoridad el provincial de Las Palmas y ganó por derecho propio una de las dos plazas del internacional. Un provincial en que su amigo Angel, que atravesaba unos años de crisis, jugó tan mal que perdió la categoría. Luego Ricardo brilló en el internacional, obteniendo norma de MI y casi la de GM, y ganando de forma espectacular a varios grandes maestros. Posteriormente disputó el I Internacional de Lanzarote, donde con mayores apuros logró la segunda norma de MI y con ello el título. Posteriormente acudió a la copa Clare Bennedict en el equipo español, y al campeonato de España por equipos con el Caja de Las Palmas, como primer tablero, consiguiendo el título nacional.



                4.- Despedida en silencio y en conflicto.-

                Pese a todos los parabienes y éxitos, en el otoño se produjo el silencio, Calvo sólo jugó en diciembre el internacional de Madrid, con resultados más discretos.  Y en enero de 1974, abandonó Las Palmas. 

            En lo ajedrecístico el año había sido magnífico. Pero no tanto en lo laboral. Ricardo trabajaba como médico en Las Palmas, pero no en el puesto que le habían asegurado en la leprosería, al menos no como plaza fija. No es que los federativos engañaran a Calvo, sino que, de forma algo negligente, no se informaron bien de la situación de la plaza vacante en la leprosería. Pensaron que podría cubrirse por adjudicación directa, pero un médico impugnó el nombramiento, que exigía su cobertura por oposición. Como consecuencia, Calvo hubo de cesar, y la federación le buscó un trabajo alternativo en el Hospital Inglés, pero que no garantizaba la estabilidad. Calvo al parecer se sintió muy decepcionado con lo sucedido, como cuenta la viuda de Angel Fernández y el cronista Andrés Armas. La esposa de Ricardo, en cambio, no tiene constancia de ese malestar.

    -(Inma Almenara): Por lo que supe se había ido decepcionado, diciendo que la Federación no había cumplido sus promesas laborales.

    -(Andrés Armas): Al final la propuesta laboral se torció y estaba molesto. Y eso que Marrero Portugués le consiguió trabajos temporales en el Hotel inglés y otros sitios. Pero en 1974 se marchó, y su presencia en el ajedrez grancanario fue efímera. Cuando se fue, sus únicos amigos seguían siendo los de siempre, Angel Fernández y Fernando Visier.

    -(Carmen Pérez): La verdad es que nos fuimos porque Ricardo recibió una oferta de trabajo en Mallorca, y es cierto que no pudo consolidar el puesto en la leprosería. Pero yo no tengo constancia de que estuviera enfadado, a mí no me dijo nada. Claro que a veces no me contaba todas las cosas. Yo el recuerdo final que tengo es el de esa bonita despedida de los canarios.

    Sea como fuere, en invierno de 1973 recibió una oferta laboral en Mallorca y se fue por donde vino, otra vez en barco, con su joven esposa Carmen. Estaba muy distanciado de los estamentos oficiales del ajedrez canario, la federación de Marrero Portugués y Betancort. También los federativos estaban dolidos con él: ni siquiera aceptó permanecer en el equipo del Caja, regresando al Schweppes de Román Torán. Nunca más sería invitado a torneos en Las Palmas, ni disputaría siquiera los open abiertos como El Corte Inglés. Cuando volviera a la isla no sería como jugador. Por ambas partes, el idilio había terminado.

                -Fíjate como estarían las cosas- comenta un federativo de la época- que cuando en un campeonato por equipos posterior coincidimos, yo tenía una afección cutánea en la mano, y recordando que Ricardo era dermatólogo, le pedí consejo. Calvo, con mucha displicencia, me dijo: "Vete a que te vea el médico del torneo".

                -(Andrés Armas): Calvo se debió marchar a principios de 1974, en enero, sí, porque en diciembre de 1973, tras disputar el torneo de Madrid y regresar, cuando se produjo el asesinato de Carrero Blanco, recuerdo que subíamos en el coche con él hasta la leprosería. El tráfico estaba cortado y entonces nos enteramos del atentado de Madrid.

                

                Pero no nos corresponde ya narrar la vida posterior del doctor Calvo. Lejos de Canarias, siguió jugando a buen nivel, obtuvo incluso norma de GM en un torneo en Montilla Moriles, participa en varios campeonatos de España, individuales y por equipos, pero poco a poco su vida se va alejando del ajedrez de competición y orientándose a las crónicas periodísticas, la escritura de libros, y a las luchas federativas.


                5.- Nuevas visitas. 1989, 1999. Un Ricardo Calvo crítico y muy cambiado.-

                Hasta quince años después no hay noticias de Ricardo Calvo en Las Palmas, visitas privadas aparte. Hay que esperar a 1989, y el Ricardo Calvo que regresó no venía a jugar, sino como representante en España de Kasparov, para las simultáneas que diera  en Lanzarote y Las Palmas. La federación que él había conocido había caído en 1979, y él se sentía sin duda más cercano de la nueva federación comandada por Fraguela y vitola de "progresista" que existía en ese momento. Muy enfrentado a la F.I.D.E., había sido declarado persona "non grata", y su carrera como jugador activo prácticamente había terminado. Calvo, en declaraciones a la prensa, no fue muy generoso con quienes le habían apoyado en aquel lejano 1973, y consideró que la Federación comandada por Marrero entendía por entonces el ajedrez más bien como un espectáculo, sin apoyarlo realmente. "Sale un talento como José García Padrón, y en vez de apoyar su carrera, lo que hacen es incorporarle como empleado a la Caja de Ahorros". Verdades aparte, Calvo no tenía entre sus cualidades la del agradecimiento. 

        En las simultáneas de Kasparov estuvo muy activo Ricardo, y siguió con especial interés la partida de su amigo Angelito, que sin embargo perdió muy rápidamente. Ricardo indicó una mejora de su juego que Angel dejó anotada en su planilla. 


    Su esposa y viuda Carmen Pérez (no confundir con su segunda pareja Carmen Romeo Pérez), recuerda sus contactos posteriores a su marcha de Las Palmas con los jugadores que había tratado en Las Palmas, como Fernando Visier y Angel Fernández:


    -Yo, aparte de esa visita de 1989, no se si Ricardo volvió a Las Palmas de forma privada, yo desde luego no volví, sólo visité Tenerife. Después de que ya Visier se hubiera ido ya de Las Palmas en 1976, estuvimos comiendo en su casa, con Pilu, su mujer, en Los Navalucillos, pueblo de Pilu, donde Visier había puesto un pequeño supermercado. Antes de morir, Ricardo le ofreció regalarle todos los Informator, pero su nueva novia  se lo impidió. Con  Angel siguió en contacto siempre; con Inma Almenara, la esposa de Angel Fernández,  yo sólo la he visto en el ajedrez una vez, en un torneo en Santander (N.A. Posiblemente se refiere al torneo de Torrelavega que disputó Angel cuando estaba semirretirado del ajedrez, en los dos años que se dedicó a viajar por Europa en una furgoneta, según comenta Inma) . Luego he hablado con ella alguna vez por teléfono. Otro contacto se produjo en la muerte de Román Torán. Estuve en Madrid en el funeral, allí hablé con Fraguela, Visier, Pilu, Díaz del Corral...


            Calvo sí retornaría al menos una vez más a Las Palmas, en 1999, para las exequias del propio Angelito Fernández, su gran amigo, que había fallecido de cáncer en sólo seis meses, con 57 años. 


              -(Inma Almenara): Ricardo Calvo vino a la incineración de Angel, estaba desolado, y me ayudó muchísimo, hasta el punto de que se llevó a mi hijo Ricardo con él a Madrid unas semanas para que yo pudiera hacer las gestiones de mi viudez…En los últimos años se separó de su esposa Carmen, que era a la que yo conocía, y vivía con otra chica que también se llamaba Carmen (N.A.: Carmen Romeo).


                Era un Ricardo el de 1999 cansado y envejecido, al que le había ido mal la sociedad mercantil y estaba atrapado por las deudas, hasta el punto de que el viaje a Las Palmas le había supuesto un sacrificio económico. Pero él mismo contaba que le había explicado a su nueva pareja que tenía un deber de amistad que cumplir y que no podía faltar a las exequias de Angelito.A la salida del tanatorio, el federativo de por entonces, Gregorio Hernández (más conocido por sus fotografías del ajedrez) junto con Ernesto Solana y José García Padrón, se fueron a cenar. Calvo hizo un intento de pagar la cuenta que los demás no consintieron. Ricardo hablaba del mito platónico de la caverna, de como existía una realidad oculta ideal y superior... Tenía el ánimo muy decaído, y el M. F. Ernesto Solana intentó apoyarle:


                -¡Maestro, hay que resistir!.


           Pero Ricardo Calvo enfermó poco después, y ya no regresó. 


    6. El final. 2002. 

Los últimos años de la vida de Calvo no fueron fáciles. Toma la pluma de nuevo su hermana: "Los tres últimos años había fichado por un equipo valenciano, y venía los fines de semana, así que pasaba por casa, charlábamos mucho, pero yo lo pasaba mal porque bebía mucho y se estaba destruyendo. No dormía nada, continuaba siendo el desastre de siempre. Finalmente se le diagnosticó el cáncer de esófago. El sabía lo que iba a ocurrir. Los médicos le habían dado tres meses de vida pero él sabía de medicina y me dijo, "Nati, no creo que sean tantos". No le vi ya más, ni quiso que nadie fuera a verlo. Murió el 26 de septiembre de 2002, diez días después que nuestra madre. Una pena que una persona con su potencial y su inteligencia se fuera destruyendo de ese modo".


    Ya hace veinte años que Ricardo Calvo nos dejó. De personalidad bronca, contestataria, difícil para la amistad, pero también genial, nos queda el testimonio de su vida, sus traducciones de libros de Lasker, sus investigaciones de ajedrez histórico, sus magníficas partidas. Para mí, a pesar de sus zonas de sombra, será siempre aquel joven médico de personalidad arrolladora, una especie de Kasparov o Larsen nacional, que un día de 1973 batió a todos los jugadores en el difícil provincial de Las Palmas y poco después se deshiciera con espectaculares ataques a varios grandes maestros en el internacional. El que trajo el primer título por equipos para Las Palmas liderando el club Caja. El conversador culto y políglota que era capaz de tertuliar hasta el amanecer. D.E.P.


Calvo y Kavalek 1973 Las Palmas internacional, yo estoy en el público con mi amigo Sergio Cabrera



Ricardo Calvo en sus últimos años




sábado, 23 de julio de 2022

Diario del joven y el solitario, 21. Fran, el pianista

 DIARIO DEL JOVEN Y EL SOLITARIO, 21. FRAN EL PIANISTA.

A la memoria de Fran. Este texto es una recreación ficcionada sobre Fran de Palma, pianista que conocí.

Ricardo Moyano julio 2022




El solitario me dedicó hace tiempo un libro que había escrito del juego de ajedrez. Lo tituló “El juego de nuestras vidas”. Decía que el ajedrez se parecía a la vida, o la vida al ajedrez, porque a lo largo que avanzas en la partida te van faltando piezas, y al final -añadió en esa tarde de lluvia en que me trajo la invitación- el rey se queda desnudo y solo, y luego muere.

-Perdone, solitario, pero ese final tan trágico no lo ha escrito usted en su libro, que es un tocho gordo y me lo he leído bien entero.

-La vida es eso, joven, aunque a veces la disimulemos. En mi juventud me dediqué a ese juego, incluso me planteé ser profesional del ajedrez, y me frené a tiempo. Vi a algunos de los que lo hicieron, mentes brillantes, que habían acabado pidiendo bocadillos por las calles, o jugando desesperadamente partidas rápidas a la apuesta para sobrevivir. Igual sucede a  veces con los músicos. Es un mundo bello, fascinante y difícil, una carretera llena de cunetas. Mi amigo Fran, el pianista, es una pieza que hoy falta en el tablero de mi vida, murió hace escasos días, sin otra pertenencia que su talento. Por eso, en homenaje a él, le invito a usted a ponerse su mejor traje, y compartir un “brunch” en el hotel.

Dijo eso el solitario extendiendo un pase para la terraza aérea del hotel más exclusivo de la ciudad. Me quedé tan halagado como sorprendido. Mientras me ajustaba ante el espejo el nudo de la corbata, no terminaba de entender cómo pretendía homenajear a su difunto amigo, ciertamente un trotamundos que había paseado su música por los garitos más oscuros de la polis, llevándome a ese lugar de damas de altos vuelos, música de Sinatra y burbujas evanescentes de don Perignon. Pero cuando vi el piano de cola en el centro de la terraza, sobre un entarimado enmoquetado, lo entendí a medias, y el solitario me lo acabó de explicar. Vestía el solitario muy dandy, un traje gris marengo con pajarita y tirantes, y había sacado del paragüero su mejor bastón, con la empuñadura del águila.

-En este lugar, aunque usted no lo crea, también tocó Fran algunas noches. Tenía que devolver el smoking a recepción tras acabar los pases, eso sí. Pero él disfrutaba de cada momento, al terminar alguna romanza miraba al cielo de estrellas, y se sentía una de ellas. Porque realmente lo era. Le acompañó una de las veces Pepe Kraus, el hermano del gran tenor. Esa noche le vi.

-Si, yo también conocí a Fran, pero no le escuché aquí, sino siempre en un pequeño pub de la ciudad vieja, cerca de mi casa. Tenía la voz rota pero cantaba también él mismo, de forma muy emocional, la verdad. Lo que pasa es que yo creo que prefería los instrumentales porque así se concentraba más en su piano, que tocaba pegándose casi al teclado con la cabeza. 

-Esa era su posición favorita, muy introspectiva. 

-Y combinaba los viejos standards de Broadway con música de su país, Venezuela, que adaptaba a versiones de club. Pedía a la gente que le solicitara temas, y se los sabía todos.

-Fran tocaba  todo y en todas partes- dijo el solitario llevándome a la balaustrada ceñido suavemente por la cintura. Allí se notaba más el perfume de los rosedales de los jardines del hotel. Pero él me hizo mirar a lo lejos, mucho más allá, hacia el mar y los barrios de la periferia del puerto.

-Fíjese allí- señaló un racimo de luces en el confín de la isla.

-Sí, lo veo, ese es el barrio chino. Desde aquí, encendido, parece otra cosa.

-Parece una guirnalda de estrellas, un sueño, como la propia vida que vivimos. Que es lo que es. Pero también allí tocó Fran, en un bar donde abundaban las peleas, el macarreo y los robos. Esa es una ventaja, a él no podían quitarle nada. Pero de allí sacó alguna novieta, igual que de esta terraza.

-¿También aquí?

-A las mujeres se las conquista con la cartera o con el corazón, joven. Así ha sido siempre. Y Fran tenía bastante con tocar o arrastrar la voz, como usted dice, para lograrlo. A ver quien resiste un "Summertime" o un "As time goes by" tocado con la sangre del alma. 




El solitario apoyó sus palabras canturreando la melodía de Casablanca.

-Era un hombre curioso, ese Fran, sí señor. dije-. A veces sólo cobraba en propinas, y esas propinas muchas veces eran en especie.

-No se corte, joven, dígalo claro. Era muy borrachín, y le encantaba que le invitaran a cervezas. Una vez, para que no bebiera tanto, le dije que le pagaba una sin alcohol y me replicó “Mi motor sólo funciona a cerveza con plomo”. La gente le regalaba cosas, ropa, radios,  móviles, tenía una vieja Blackberry que ya no funcionaba bien, y él le llamaba “mi Chumberry”, pero no quería cambiarla por otro. Yo le recargaba la tarjeta de su chumberry mes a mes. Hasta que hace poco, extrañado de no tener noticias de él, le llamé, y el teléfono ya no daba señal. Pensé que su móvil había muerto. Pero no era el móvil.

Los ojos del solitario enrojecieron, pero se mantuvo para evitar las lágrimas.

-Me llamó un amigo común-siguió-. Murió solo, en una residencia de tercera edad, donde tocaba por las tardes una vieja pianola desafinada. Pero yo quisiera recordarle tocando en algún lugar del cielo, y no en esos momentos finales frágiles donde es un soplo la vida, como dice el tango que el cantaba en un susurro, maravillosamente.



-Quizá Fran ha pasado por algún agujero negro a una de esas realidades cuánticas de las que usted habla siempre, y vive allí.

-Por ese sumidero negro nos iremos todos, hijo. Hacia el gran misterio. También de esas cosas hablaba con él, que era un gran lector. Y a la vez muy sencillo. Vivía con un gato y rodeado de plantas, en una casa abandonada. Allí estaba, supongo, “bella a las seis”. Era el nombre de un tema de uno de sus discos.

-¿Una de sus novias?

-No, una de sus plantas. Creo que era un geranio. Me dijo que tenía una flor que se iluminaba al sol de la tarde, y era a las seis cuando lucía más bella. Era de costumbres simples, Fran, pero había tocado con los más grandes, Santana, Sonny Fortune… En su juventud había formado un grupo de rock en Venezuela, pero más tarde, en medio de una gira con una orquesta por toda Europa, recaló en esta isla, y aquí se quedó, sin más. Le dije que por qué aquí. Y me dijo que era un lugar tan bueno como cualquier otro. Una respuesta incontestable. Porque no hay ninguna razón de peso para rodar ni para parar. Fran no tenía papeles, a pesar de los años que llevaba aquí, y un día le llamaron a la comisaría para notificarle la orden de expulsión. Invitó al policía a que buscara sus videos musicales en internet, para demostrar que no era un indigente. Afortunadamente, ese policía amaba el jazz, y le dijo:

-Mire Fran, váyase corriendo de aquí y no se le ocurra volver a una comisaría por mucho que le manden llamar. Y así lo hizo. Y así siguió viviendo.

-Recuerdo que en aquel pub en que yo le vi, la dueña no le tenía en gran estima, porque bebía demasiado.

-Bueno, él decía que esa señora solo amaba una música, la de la caja registradora.   

-Pero tenía el aprecio de los músicos, y del público. Yo le veía siempre con sus amigas, que querían retratarse todas con el. Tenía su prestancia, pese a todo. Creo que una vez rodó una película.



-Sí, "El último traje", con Angela Molina, haciendo por supuesto de pianista de bar. Estaba muy orgulloso de esa película, y siempre me decía que la viera. Pero nunca tuve tiempo. Fue ahora, tras su muerte, cuando la busqué. Casi lloré viéndole tocar, tan elegante, con una chaqueta violeta, tirantes, y su barba bien rasurada, y no como la que llevaba siempre, últimamente, tan patriarcal. 

-Ahora entiendo su "look" de hoy, solitario. También le ayudó usted con dinero, no lo niegue.

-Bueno, eso es anecdótico. Los músicos nos regalan su música, su alma, pero necesitan mecenas y micromecenas, como era mi caso. Siempre andaba impecune, decía que la vida del músico era "dura y cara" y reía; yo procuraba suavizársela disfrazando las donaciones de otra cosa, para no hacerle sentir mal. Le compraba varias veces los mismos discos, o alguno de su colección de cd, que tenía muchos, y se los pagaba a precio de oro. También alguna vez le encargué que me compusiera música, por mi cumpleaños. Dos temas los subí a la red, de hecho, y gracias a eso los oyeron en su querida Venezuela y en Estados Unidos, donde vivían sus hermanas. Era la única familia que tenía.

-Al final ese pub  del que hablamos, por cierto, cerró. Se convirtió en oficina de banco, o algo, creo.

-Ni siquiera. Eso era antes. Los bares se hacían   bancos o bingos. Al menos se cantaba algo, los premios- ironizó el solitario-. Pero ya apenas quedan casinos ni oficinas bancarias. Todo se ha vuelto virtual, hasta el amor y el odio. Todo circula por las redes, los requiebros, los insultos. Y los pubs se convierten en ruinas, sencillamente, como ballenas muertas varadas en la playa, y allí se quedan pendientes del derribo que no llega, porque el político de turno anda en otras cosas haciéndose fotos...

Aquí terminó la charla, porque el pianista de la terraza había empezado su pase. Era un joven rubio que tocaba y cantaba bien, aunque sin mucha gracia. Pero era  guapo, y las señoras de tacón alto se acercaban a él con sus trajes brillí brillí y sus copas de cristal esmerilado. También ellas eran guapas, y yo las miraba. Iba a decirle al solitario que a las mujeres, además de por la cartera o el corazón, también se las puede conquistar por el físico.

-¿Nos acercamos, solitario?

-Vaya usted. Luego me uniré para el brunch.

El solitario se quedó solo, de espaldas a la fiesta, mirando a los jardines del hotel y a sus propios pensamientos. Estaba triste y en esas ocasiones era mejor no molestarle. Le noté envejecido, la verdad, pero quizá era solo la herida del momento, la certidumbre del paso devorador del tiempo, de que Fran era esa pieza importante que en el juego de su vida le había cobrado  el destino. Porque como escribe el prologuista del libro del solitario, cualquier jugador de ajedrez sabe que las piezas que te captura el enemigo una vez se van a la caja, se desvanecen, y por mucho que las eches de menos,  no vuelven.